Hay personas que no saben lo que quieren estudiar pero hay otras que lo tienen muy claro. Ese fue mi caso. En el Bachillerato por la rama de Ciencias, gracias a un maravilloso profesor de Física y Química, supe que mi formación sería en Ciencias Químicas, especializándome en Orgánica, en la Universidad Complutense de Madrid.
Al terminar a mediados de los 90, como todo estudiante universitario sin experiencia, entré en ese proceso de envío de currículums y pruebas de selección masivas en el sector químico, sin mucho éxito.
A pesar de que esos estudios fueron vocacionales, no siempre en la vida tienes la oportunidad de seguir por el camino que habías imaginado.
En 1993 Coritel, una empresa de servicios del grupo Arthur Andersen, la actual Accenture, inaugura en Madrid la "Software Factory", el primer centro de desarrollo de software del país (según Wikipedia). Este hito, que yo desconocía por estar todavía en la universidad inmersa en prácticas de laboratorio, fue probablemente lo que facilitó mi futuro profesional. Cansada de no tener resultados en mi búsqueda de empleo relacionado con el sector químico, probé con un anuncio de selección de candidatos para una beca de formación en programación en Coritel.
Y para mi sorpresa, pasé todos los filtros. Empezaba mi carrera profesional como Programadora informática. Después de 3 meses de formación en las oficinas de Madrid, en programación para mainframes (COBOL/CICS/DB2 para Host IBM-3090), el proyecto para el que mi grupo había sido formado no salió adelante. Pero unos meses más tarde la oportunidad se presentó en la sede de Barcelona, un proyecto por 1 año, en un cliente del sector bancario, y allí que me marché.
Lo que iba a ser un año fueron dos. En ese tiempo adquirí experiencia suficiente para dejar de trabajar en una empresa de servicios (que por aquel entonces no lo sabía pero como poco se quedaba con la mitad de mi salario facturado a la empresa cliente) y dar el salto a trabajar directamente para un banco, Deutsche Bank.
Pasé otros 2 años y medio en Barcelona, trabajando en el edificio emblemático de Sant Cugat, donde mi experiencia en programación aumentó, llegando a Analista Programador Senior, realizando muchas horas extra y un servicio de soporte inmediato 24 x 7 que solo con la energía de los jóvenes se puede soportar. Pero aunque contenta con mi desempeño me di cuenta que si quería ascender a análisis y gestión de proyectos en este trabajo estaba algo limitada por la jerarquía tradicional existente.
Esta circunstancia, junto con mi situación personal de querer regresar a mi tierra, me llevó a solicitar traslado a Madrid, resultando que fui a trabajar en las oficinas centrales de Castellana 18, como Jefe de proyecto o Relationship Manager, que suena mucho mejor. Me tuve que adaptar al nuevo entorno de trabajo, nada de mainframe que lo conocía muy bien.
En esos primeros meses me pusieron a prueba, incluyendo un viaje a las oficinas de Londres. Allí conocería al que más adelante será mi marido, con el que he tenido dos hijos (en la temida etapa adolescente actualmente, que os voy a contar). Lo que la vida puede dar vueltas.
Siempre buscando mejorar, en lo personal y lo profesional, a finales de 2002 decido solicitar una excedencia en Deutsche Bank para marcharme a vivir a Londres con mi pareja. Allí no solo tuve que aprender a vivir en un lugar muy diferente al nuestro, también me tuve que espabilar con el idioma y la búsqueda de empleo. Las clases en Upper Intermediate English Course y Upper Intermediate Business English Course, en Saint George International, fueron de gran ayuda.
Esos cursos me dieron la destreza para poder participar en procesos de selección, a través de empresas como Jonathan Wren, una consultoría ya desaparecida. La oportunidad llegó gracias a una persona maravillosa, Gloria Santangelo, que vio en mi a la candidata perfecta para el puesto de UAT Software Tester / Spanish Translator en Citibank, para adaptar la versión en español para España de su banca online.
El equipo estaba formado además por traductores para las versiones en griego, francés, alemán e italiano. Fueron años en los que pude conocer a compañeros en mi misma situación, extranjeros en Londres, y no os voy a engañar, ¡nos lo pasábamos en grande! Hice amistad que todavía perdura con algunos, sobre todo con Frances, mi querida amiga galesa traductora de italiano, a quien siempre estaré agradecida.
Con el tiempo Gloria cambió de proyecto y a mi me designaron Team Leader. Esta experiencia internacional en el entorno londinense marca un antes y un después de lo que significa trabajar para una multinacional. Sobre todo, en cuanto a la flexibilidad laboral y la valoración / remuneración del trabajo realizado por objetivos, en fin, nada parecido a lo que conocía hasta ese momento.
Después de dos años con sus dos inviernos en Inglaterra, a finales de 2004 nos trasladamos a España definitivamente. Durante varios años seguí trabajando para Citibank en remoto. Pero el proyecto en la parte de español llegó a su fin en 2007, o al menos eso es lo que a mi me dijeron para terminar el contrato. A nivel personal, un año antes tuve a mi primer hijo y como anéctoda os puedo contar que estaba en una llamada con Londres mientras empecé las contracciones de parto. En 3 días de vuelta a casa y a seguir trabajando, nada de baja laboral, tampoco creo que la hubiera podido coger. De todos modos, podía compaginar perfectamente la maternidad con el proyecto.
El fin de etapa en Citibank supuso una nueva adaptación y cambio de enfoque de trabajo. De manera autodidacta comencé a hacer mis primeras páginas web en lenguaje html y asp, en entorno Windows. Una de ellas fue Fisioterapia Alcobendas, de Marc van Zuilen, que vio la luz en octubre de 2007. Por supuesto esta web ha evolucionado con el tiempo y desde 2019 está basada en WordPress.
Durante unos meses colaboré como Spanish Internet Assessor en una empresa de servicios llamada Lionbridge, ubicada en Irlanda, para ayudar a nada mas y nada menos que a Google a dar resultados de búsqueda correctos. Porque no creais que su tecnología era tan inteligente, o al menos en ese momento, había un trabajo de personas detrás que ayudaban en la presentación de los resultados.
En el 2009, cuando tuve a mi segundo hijo y fue lo suficientemente mayorcito para ir a la guardería, me animé a buscar un trabajo en mi cuidad a tiempo parcial. En poco tiempo llegó una oportunidad para un proyecto empresarial novedoso, Soayem40, que lamentablemente no duró mucho, pero me permitió conocer a 3 emprendedores de perfiles muy distintos, con uno de los cuales a día de hoy sigo colaborando.
Y ya llegamos al final de mi historia, cuando en enero de 2013 me lancé a emprender yo misma, como autónoma (Modelo 037 de la Agencia Tributaria, Actividad Creativo Informática, Epígrafre 399), para crear páginas web presenciales, tiendas online, libros en Amazon,... a precios asequibles y en tiempos récord en algunos casos (gracias a WordPress). Porque cuando me pongo a hacer algo, lo hago con toda mi dedicación y empeño, intentando ofrecer un servicio por el que yo me sienta orgullosa y mis clientes satisfechos con el resultado.
Si quieres ver esta trayectoria resumida en modo currículum, visita mi perfil en LinkedIn
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